jueves, 21 de febrero de 2019

ZARAGOZA



Ciudad, capital de la prov. de su nombre, localizada en los 41° 39´ 24" de latitud norte y 2° 48' 28" de longitud este. Dista 322 km. de la capital del Estado, y se encuentra a 200 m. sobre el nivel del mar. Su término municipal, de 1.059,9 km2, es uno de los más extensos de España.
La ciudad de Zaragoza como lugar central organiza directamente su comarca, Zaragoza Buscar voz..., pero su papel organizador del territorio trasciende al ámbito comarcal y provincial de modo que como metrópoli Buscar voz... regional, a través del sistema urbano Buscar voz... aragonés, organiza el Aragón funcional, que es el Aragón histórico menos algunas tierras extremas atraídas por núcleos urbanos extrarregionales prósperos y más próximos, como Lérida, Castellón, Valencia o Sangüesa-Pamplona; en cambio Zaragoza, a través de Calatayud Buscar voz..., atrae tierras de las provincias de Soria y Guadalajara.

-Situación y emplazamiento: Zaragoza disfruta de una situación privilegiada en relación con Aragón y el resto del territorio español. Se encuentra al mismo tiempo en el centro aproximado de su región y en el centro del triángulo geoeconómico español, formado por Madrid, Barcelona y País Vasco. Los factores de situación propician el desarrollo funcional y urbano de una ciudad en relación con las circunstancias históricas. Zaragoza desde su fundación se ha beneficiado de su posición en la encrucijada de las vías naturales del valle del Ebro Buscar voz..., que pone en comunicación mercancías y personas de la costa mediterránea con la cantábrica, y de los valles del Gállego Buscar voz... y del Jalón Buscar voz..., que permiten el acceso a Francia y al centro de Castilla, respectivamente. La tardía revolución industrial española potenció aún más la situación zaragozana, en función de la concentración económica suscitada en los vértices del triángulo Barcelona-País Vasco-Madrid, fácilmente accesibles desde Zaragoza con los modernos sistemas de comunicación. El emplazamiento concreto de Zaragoza en la confluencia del Ebro-Huerva Buscar voz...-Gállego, dominando el paso del Ebro Buscar voz... desde la orilla meridional y sobre las terrazas inferiores y medias, ha resultado en la Historia de gran valor estratégico; en la actualidad no ha presentado más problemas para la expansión que los propios ríos, pero estos han sido y son fuente de vida para el abastecimiento hídrico de la población, la formación de ricas huertas y el suministro a la industria.
El clima de la ciudad de Zaragoza es mediterráneo-continentalizado y de tendencias áridas. Su meteoro más característico es el viento del noroeste conocido popularmente con el nombre de cierzo Buscar voz..., viento racheado que sigue el cauce del Ebro y que sopla durante casi la mitad del año con una velocidad media de 40 km./hora, valor que puede duplicarse y hasta superar los 100; es el responsable de la escasez de precipitaciones, puesto que en situaciones norte, cuando llueve en la mitad septentrional española, aquí transformadas en noroeste, el viento se acaba llevando las nubes y despejando el cielo. El número de días de insolación es de 293; la precipitación media anual de 341 mm., concentrados en 67 días. La temperatura media anual es de 15° (y la amplitud media anual de 18,6), pero la sensación térmica los días de cierzo no coincide con la que podría deducirse del termómetro. El cierzo condiciona la vida ciudadana tanto en la orientación de la vivienda o en la exigencia de la doble ventana, como en la circulación automovilística; sin embargo, es positivo en lo que supone de descontaminación, de humos y polvos de fábricas, calefacciones y coches.
-La Evolución Urbana: La ciudad nació en el año 24 a.C. con el nombre de Caesaraugusta Buscar voz... para cumplir unas funciones que se desprenden de su situación y emplazamiento: papel de encrucijada, de centro rector de un vasto territorio. El plano Buscar voz... sigue el modelo ortogonal romano según dos ejes normales: el eje mayor -el decumanus-, paralelo al Ebro, y que corresponde a las actuales calles Mayor y Espoz y Mina, y el eje perpendicular al río -el cardo- que sería la calle de D. Jaime; la ciudad, quedaba cerrada por una muralla Buscar voz...cuasirrectangular, cuyo frente sur corresponde al Coso, y en la que se abrían las cuatro puertas.
Durante la dominación musulmana Buscar voz..., Saraqusta juega también un papel importante, con parecidas funciones urbanas que en la etapa romana; el recinto no experimenta grandes alteraciones. A partir de 1118 se reconquista la ciudad y pronto se dibujan unas unidades internas, como son la "morería" y la "judería", y un barrio al otro lado del puente y por tanto fuera de las murallas, que es el Arrabal. El puente Buscar voz... de Piedra actual data del siglo XV, pero hubo otros anteriores en su emplazamiento.
El primer ensanche tuvo lugar en el siglo XIII, a partir de la puerta del noreste, donde se celebraba el mercado; así se formó el barrio de San Pablo y a continuación los de San Agustín y San Miguel. La presión demográfica, inherente a la importancia que cobró Zaragoza, se tradujo en la necesidad de una nueva muralla Buscar voz... (de tapial) más al sur que la romana, coincidiendo con el actual paseo de María Agustín; la muralla medieval por el este llegaba hasta la línea del Huerva y por el oeste hasta la puerta de Sancho, englobando todo el barrio de San Pablo. De este modo la plaza del Mercado se convierte en el centro de la ciudad. Pero entre la muralla romana y medieval todavía había muchas huertas y conventos, espacios semilibres que serían ocupados poco a poco por el caserío a lo largo de la Edad Moderna, respondiendo a un moderado crecimiento de la población, que pasó de 19.920 hab. en 1495 a 27.940 en 1650 y a 38.630 en 1776.
Los Sitios Buscar voz... de 1808 y 1809 destruyen buena parte de la ciudad y permiten la reconstrucción de la contemporánea Zaragoza en su parte central, aunque se respeta bastante el esquema viario anterior. Así, desde el Coso hacia el sur, se construye en 1815 "El Paseo" (de la Independencia) con porches al estilo de la calle Rivoli de París. La desamortización Buscar voz... facilita también la expansión de la ciudad por las huertas conventuales periféricas; expansión necesaria ante el incremento demográfico: 63.399 hab. en 1857, 99.118 en 1900. El casco antiguo, para facilitar la circulación y la ordenación urbanística, experimenta en la segunda mitad del XIX y primeros decenios del XX operaciones quirúrgicas que abren o ensanchan las calles perpendiculares al Ebro de Alfonso I Buscar voz... y Don Jaime. La circulación se ve también facilitada con la demolición de las murallas, que permite el trazado de cinturones de ronda.
El desarrollo industrial Buscar voz... de Zaragoza se traduce a partir de la segunda mitad del XIX en la localización de fábricas y barrios obreros en torno a las estaciones. Así surgen el barrio de la Estación (1861) en el Arrabal Buscar voz..., el área de Madre Sacramento en la estación del MZA Buscar voz... (el Portillo) y entre ambas, al unirse por el puente, la Industria Química Buscar voz... (1898) y el barrio correspondiente. En los primeros decenios del siglo XX el crecimiento industrial y urbanístico-obrero se materializa en las salidas de las carreteras: la carretera de Barcelona (barrio de Jesús), la carretera de Madrid (barrio de las Delicias Buscar voz...), la carretera de Castellón (Miguel Servet). Entretanto el área residencial de las clases medias se amplía hacia el sur, gracias a la urbanización de la huerta de Santa Engracia y al cubrimiento del Huerva. El centro poco a poco se desplaza del casco romano al paseo de la Independencia. De 1940 a 1980, Zaragoza experimenta el crecimiento demográfico y urbanístico más espectacular de su historia, pasando de 238.000 hab. a cerca de 600.000. El centro y el área residencial de la clase media sigue desplazándose hacia el sur a lo largo de la Gran Vía. El barrio de la Romareda y la vía de la Hispanidad continúan en nuestros días, junto con Miraflores, acogiendo las nuevas viviendas de la burguesía y clase media. El barrio de las Delicias, que empezó siendo un humilde barrio obrero, experimenta una reconversión socioeconómica hacia niveles más cualificados. Los barrios de Las Fuentes Buscar voz...San José Buscar voz...Torrero Buscar voz... y la Química Buscar voz... crecen extraordinariamente. Con el establecimiento a partir de 1964 de los polígonos industriales de Cogullada y Malpica en la orilla izquierda del Ebro y el Plan Actur Buscar voz... (actuación urgente) se pone en marcha el proceso de urbanización al otro lado del río para asentar a 200.000 personas.
-Demografía Buscar voz...: La población de la ciudad de Zaragoza a principios de siglo no llegaba a los 100.000 hab.; 40 años más tarde se había duplicado y en 1980 prácticamente se ha sextuplicado la población de 1900; en 1991 la población ascendía a 594.394 habitantes, en 1998 a 603.367 hab. y en 2010 a 675.121, incluyendo los barrios rurales de Alfocea Buscar voz...Cartuja Baja Buscar voz...Casetas Buscar voz...Garrapinillos Buscar voz...Juslibol Buscar voz...Montañana Buscar voz...Monzalbarba Buscar voz...Movera Buscar voz...Peñaflor Buscar voz...San Juan de Mozarrifar Buscar voz...Torrecilla de Valmadrid Buscar voz...Venta del Olivar Buscar voz...Villarrapa Buscar voz... y San Gregorio Buscar voz.... El ritmo de crecimiento, en conjunto, se aceleró en las dos mitades que van desde 1900 a 1980. El crecimiento se inicia tímidamente en los primeros años del siglo con la industrialización Buscar voz...; la coyuntura bélica internacional, que afecta positivamente a la industria española, se traduce en un mayor aumento de la población zaragozana durante el segundo decenio; la Dictadura de Primo de Rivera Buscar voz... también fue favorable para la economía de Zaragoza y por tanto para su demografía; el cuarto decenio ha sido calificado por Ana M.ª Navarro como excepcional: Zaragoza "recibe en los primeros cinco años el impacto ya maduro de todo el esfuerzo industrial realizado hasta entonces, y experimenta de forma efectiva la resonancia de los buenos años de la Dictadura. Después, entre 1936 y 1940, Zaragoza recoge también las consecuencias de nuestra guerra Buscar voz..., en una multiplicación de su actividad: la inmigración de la gente del campo a la ciudad por causas bélicas, la continuación del esfuerzo industrial enfocado hacia la producción de guerra y su importancia política y militar". A partir de 1940 el crecimiento se atempera hasta el decenio 1960-70 en que, como consecuencia de los puestos de trabajo creados por la instalación del Polo de Desarrollo y el propio dinamismo de los sectores secundario y terciario heredados del pasado, se produce un auténtico paroxismo demográfico que aún no ha digerido la ciudad.
Este aumento poblacional no puede justificarse por el mero saldo vegetativo Buscar voz.... En los últimos años del siglo XIX y primeros del XX la mortalidad llegaba a superar a la natalidad, pero a partir de 1910 sólo son negativos el año 1918 como consecuencia de la alta mortalidad provocada por la epidemia gripal, y los años de la guerra civil. La mortalidad ha descendido más rápidamente que la natalidad, de modo que el saldo vegetativo en 1950 era de un 7%. Aun así el crecimiento vegetativo en la primera mitad de siglo hubiera sido de unas 30.000 personas y sin embargo el crecimiento real fue de casi 150.000.
La causa fundamental del aumento demográfico ha sido la inmigración. Zaragoza ha funcionado desde comienzos de siglo como un polo succionador de la demografía del Valle del Ebro y más concretamente de Aragón, que se ha vaciado en beneficio de la metrópoli regional.
En el decenio 1961-70 el crecimiento real equivale al producido durante toda la primera mitad de siglo y si bien la tasa de crecimiento vegetativo, gracias a la elevada natalidad y a la baja mortalidad, es del 15 %, el saldo migratorio positivo casi duplica el vegetativo. En los últimos años (1980-1998) el incremento demográfico de la ciudad ha sido de 31.412 habitantes que representan el 6% de la población de 1980.
Las consecuencias de la inmigración para Zaragoza son muy variadas: demográficas, sociológicas, económicas, urbanísticas, etc. Demográficamente la inmigración ha provocado el que la estructura biológica de la población sea más joven que la de la prov. o la del resto de Aragón, ya que los que inmigran son fundamentalmente jóvenes; pero además ha suscitado una mayor natalidad porque esta población joven es más procreadora que la vieja que se queda en el campo.
-Las funciones: La primera función desempeñada en la época romana fue la político-administrativa dada su posición como cabeza de puente y llave del Mediterráneo hacia el interior. Esta función continuó en época musulmana; tras la reconquista pasó a capital del reino de Aragón Buscar voz.... Durante la Edad Moderna Zaragoza fue perdiendo esta alta función, sobre todo a partir de Felipe V Buscar voz.... En la era contemporánea Zaragoza ha seguido siendo económica y sentimentalmente la capital de Aragón. La autonomía aragonesa configurada al final de los 70 devolvió la capitalidad administrativa a Zaragoza.
La situación de encrucijada ha propiciado también la función comercial y de servicios de la ciudad; función que ejerce a tres niveles: para la clientela urbana, para la clientela comarcal de su área de influencia Buscar voz...inmediata y como metrópoli Buscar voz... regional para servir a toda la región aragonesa. El comercio y los servicios especializados que en la Edad Media se localizaban en la plaza del Mercado, calle Mayor y aledaños, hoy se concentran en torno a la calle Alfonso, plaza de España, paseo de la Independencia y los nuevos centros comerciales Buscar voz....
De la mano de la función anterior surgió históricamente la actividad artesanal, localizada en determinadas calles que llevan el nombre de los antiguos gremios. Tras la revolución industrial esta función tiende a localizarse a la salida de las carreteras: Barcelona, Madrid, Castellón, Valencia, Logroño. La creación del Polo de Desarrollo en 1964 supuso una nueva localización entre las carreteras de Huesca y Barcelona (polígonos de Cogullada y Malpica). Desde el punto de vista sectorial la industria zaragozana está dominada por la metalurgia, seguida de la química, la farmacéutica y las alimenticias. En conjunto Zaragoza, que empezó su historia como ciudad político-administrativa y comercial, hoy es ante todo una ciudad industrial, con una composición de su población activa muy diferente de la que arrojan las otras dos capitales aragonesas.
• Bibliog.:
Navarro Ferrer, A.: Geografía Urbana de Zaragoza, Zaragoza, 1962.
Marín Cantalapiedra, M.: Movimientos de población y recursos de la provincia de Zaragoza, Zaragoza, 1973.
García Lasaosa, J.: Desarrollo urbanístico de Zaragoza (1885-1908), Zaragoza, 1979.
• ArqueologíaZaragoza Buscar voz....
• Historia AntiguaSalduie Buscar voz...Caesaraugusta Buscar voz....
• Historia Medieval: Caesaraugusta quedó incorporada al reino visigodo Buscar voz...Eurico Buscar voz... (h. 472). Tras la batalla de Vouillé (507) y el repliegue masivo de los godos a España, la ciudad fue creciendo, como sede episcopal y lugar obligado de paso. La iglesia catedral, dedicada a San Vicente, estuvo posiblemente en el mismo solar que hoy ocupa La Seo Buscar voz.... Además de esta iglesia, sabemos de la existencia del templo de Santa Engracia Buscar voz... y de la basílica de Santa María (Pilar Buscar voz...). En el 541 los francos Buscar voz... Childeberto Buscar voz... y Clotario Buscar voz... asediaron infructuosamente Zaragoza (Primer Sitio de Zaragoza Buscar voz...). Tras la conversión del pueblo godo al catolicismo, en tiempos de Recaredo (589), la sede cesaraugustana conoció una vida floreciente, contando con prelados insignes, como Máximo Buscar voz...Braulio Buscar voz... y Tajón Buscar voz.... En esta ciudad se celebraron muchos de los sínodos Buscar voz... de la provincia Tarraconense -en el I (año 592) se instauró la fiesta de los Innumerables Mártires de Zaragoza Buscar voz...-, e incluso en el 691 el III Concilio de Zaragoza Buscar voz..., único general que tuvo lugar fuera de Toledo.
El año 714, Musa ibn Nusayr Buscar voz... entró en Zaragoza y tomó la plaza sin ningún tipo de resistencia. Se cree que la mezquita Buscar voz... mayor fue instalada en el edificio que ocupaba la basílica de San Vicente. Desde la instauración del emirato independiente, Saraqusta fue la plaza principal de la Frontera Superior Buscar voz... y luego capital de cora Buscar voz.... En el año 778 fue testigo del frustrado intento de ocupación de Carlomagno Buscar voz..., que acabó con la derrota de Roncesvalles Buscar voz.... Durante los años siguientes se sucedieron los levantamientos y luchas contra el gobierno cordobés, hasta que a principios del siglo IX un gobernador, Amrus ibn Yusuf Buscar voz..., consiguió pacificar el territorio.
En el valle del Ebro campeaban los Banu Qasi Buscar voz..., sobre todo en la época de Musa Buscar voz... ibn Musa, que consiguió apoderarse de Zaragoza -se sabe que amplió la mezquita mayor-, manteniéndose bajo el dominio de esta familia hasta fines del siglo IX en que fue recuperada por los Omeyas Buscar voz..., instaurando como gobernadores a los Tuyibíes Buscar voz..., que continuaron hasta la disolución del Califato. Tras la llegada de Abd al-Rahman III Buscar voz... se produjo un grave conflicto en Zaragoza: el gobernador de la plaza se alzó contra el califa Buscar voz...-aliándose con los cristianos de León y Navarra-; aquél entró en la fortaleza y ordenó el derribo de sus murallas. Finalizado este episodio la Marca Superior Buscar voz... permaneció en relativa tranquilidad, constituyendo la cabeza de puente para las expediciones militares cordobesas contra los reinos cristianos.
Con la caída del califato, los Tuyibíes, gobernadores de la zona desde largo tiempo atrás, constituyeron una taifa. Ésta fue una etapa de gran prosperidad y brillo cultural para Zaragoza, dadas las buenas relaciones con sus vecinos los cristianos. Hacia 1030 y debido a una revuelta interna, se instaló en el trono zaragozano la dinastía de los Banu Hud Buscar voz..., bajo cuyo dominio el poderío de la taifa Buscar voz... alcanzó una extensión hasta entonces desconocida, continuando con profusión el cultivo de las ciencias y de las artes.
El 31-V-1110 el último rey hudí, Abd al-Malik Imad al-Dawla Buscar voz..., fue expulsado del trono y sustituido por un gobernador almorávide Buscar voz.... Pero los días de la dominación islámica tocaban a su fin: el 18-XII-1118 la ciudad capitulaba ante el rey aragonés Alfonso I Buscar voz..., tras un asedio de siete meses. Para sitiar Zaragoza, el Batallador tuvo el apoyo de un ejército internacional, reunido tras la predicación de la cruzada en el concilio de Toulouse y capitaneado por Gastón de Bearn Buscar voz....
A tenor de las capitulaciones, los musulmanes que lo desearon pudieron quedarse cultivando las tierras, si bien hubieron de salir del recinto amurallado y establecerse en las afueras, en un barrio denominado "arrabal de Curtidores", que en lo sucesivo seria conocido como Morería Cerrada. A los judíos Buscar voz... se les permitió seguir en su barrio, ubicado dentro del casco romano; posteriormente y debido al crecimiento de la aljama, aumentaron su demarcación extendiéndose por una serie de callizos situados al otro lado del Coso. Pero el gran problema de Alfonso I y de sus inmediatos sucesores fue el asentamiento de una población cristiana. Los francos que colaboraron en el asedio de la plaza fueron recompensados con casas y tierras, pero pronto las vendieron o cedieron, abandonando Zaragoza. Por otra parte, debido a los grandes avances territoriales de principios del siglo XII, en los dominios del rey de Aragón apenas había población cristiana suficiente: su traslado al valle del Ebro hubiera equivalido a despoblar las tierras del norte. Una serie de Fueros y privilegios Buscar voz... a los que vinieran a establecerse en la ciudad intentaron solucionar el problema, paliado en parte con el contingente de mozárabes Buscar voz... traídos por el Batallador de tierras andaluzas en 1126, pero que no se solucionaría hasta bien entrada la segunda mitad del siglo. Durante el siglo XII, Zaragoza fue creciendo en importancia en el contexto de Aragón. Los reyes acostumbraron a residir en ella largas temporadas y pronto pasaron a denominarla "cabeza del reino", según muestran los documentos medievales. A la muerte del Batallador en el desastre de Fraga Buscar voz... se produjo una crisis que desembocó en la ocupación de Zaragoza por Alfonso VII Buscar voz... el Emperador, quien so pretexto de defenderlo de una recuperación musulmana se apropió del Regnum Caesaraugustanum, sin que Ramiro II Buscar voz..., el nuevo rey de Aragón, pudiera impedirlo. El dominio castellano sobre la ciudad acabaría con el matrimonio de Ramón Berenguer IV Buscar voz..., conde de Barcelona y Petronila de Aragón Buscar voz..., hija de Ramiro II el Monje. El fruto de esta unión, Alfonso II Buscar voz..., acabó con el vasallaje a Castilla y ostentó el dominio sobre Aragón y Cataluña. Durante el reinado de Pedro II Buscar voz...desaparecieron los señores o tenentes Buscar voz... en Zaragoza. El último fue García Romeo, hacia 1206. En contrapartida el Concejo Buscar voz... fue afirmando sus prerrogativas en el gobierno de la ciudad. Una serie de cargos municipales Buscar voz... citados por los documentos fueron paulatinamente desarrollando una administración Buscar voz...cada vez más compleja.
El traslado del almodí y seguidamente del mercado desde la puerta Cinegia a la de Toledo originaría el crecimiento de un nuevo barrio, el de San Pablo, cuya parroquia llegaría a ser la más populosa de la ciudad, agrupando a fines de la Edad Media a la tercera parte del vecindario zaragozano. La parroquia tuvo una gran importancia en esta ciudad tanto en el aspecto religioso como en el administrativo y social; constituyó la unidad política y económica. La organización parroquial, iniciada en el siglo XII, se completó durante el XIII, pero hasta 1311 no hay un documento que las mencione en su totalidad: es a Jaime II Buscar voz... al que se debe una ordenanza municipal en la que se enumeran las quince parroquias zaragozanas, divididas en "mayores" y "menores" a efectos electorales. La nómina es la siguiente: San Salvador (La Seo), Santa María la Mayor (Pilar), San Pablo, San Gil, San Felipe, Santa Cruz, San Jaime (Santiago), San Juan del Puente, Santa María Magdalena, San Lorenzo, San Nicolás, San Pedro, San Juan el Viejo, San Andrés y San Miguel. Las nueve primeras son las mayores y menores las restantes. A ellas hay que sumar la de Santa Engracia, perteneciente a la diócesis de Huesca y en el siglo XV la de Santa María de Altabás.
En el aspecto urbano y demográfico la ciudad fue creciendo durante el siglo XIII y principios de la centuria siguiente. Pero la segunda mitad del XIV fue crítica para Zaragoza: la peste Buscar voz... bubónica de 1348-49, que se repitió a intervalos en los años siguientes, la guerra de la Unión Buscar voz..., entre el rey y los nobles aragoneses, y sobre todo la guerra con Castilla, conocida como "guerra de los dos Pedros Buscar voz...", que repercutió enormemente en muchas ciudades y villas de Aragón; la propia Zaragoza se vio amenazada y hubo de fortificar sus murallas (es en esta época -1357- cuando se terminó y consolidó el segundo cinturón defensivo o "muro de rejolas"). Consecuencia de estas crisis y de su secuela de hambre y muerte fue un notable descenso demográfico, bien por fallecimiento, bien por emigración.
El interregno Buscar voz... producido a la muerte de Martín el Humano Buscar voz... fue tempestuoso para Zaragoza: hubo tumultos provocados por los bandos opuestos de los Luna, partidarios de Jaime de Urgel Buscar voz..., y los Urrea, contrarios al mismo, que culminaron con el asesinato del arzobispo de Zaragoza a manos de los secuaces de Antón de Luna. Este desmán enajenó partidarios al conde de Urgel, de modo que tras la sentencia de los compromisarios de Caspe Buscar voz...Fernando I Buscar voz... pudo entrar en Zaragoza, sin obstáculos, el 15-VIII-1412.
El advenimiento de la dinastía Trastámara Buscar voz... acarreó cambios importantes, entre los que destaca la reforma municipal, abordada por Fernando de Antequera en 1414 y culminada por la lugarteniente doña María Buscar voz..., esposa de Alfonso V Buscar voz..., con la introducción de la insaculación Buscar voz.... En el plano político se detecta un cambio en el poder real, que evoluciona hacia el autoritarismo. Fueron frecuentes las peticiones de ayuda económica al concejo y universidad zaragozanos por parte de los monarcas: Alfonso V para sus empresas italianas y Juan II Buscar voz... para la guerra con Cataluña. Zaragoza se colocó siempre lealmente al lado de la Corona. En Zaragoza estuvo preso, en 1453, don Carlos, Príncipe de Viana Buscar voz....
Al morir en 1458, Alfonso V, su hermano Juan de Navarra pasó a ser también rey de Aragón. Zaragoza se vio implicada en los conflictos navarros entre agramonteses y beaumonteses, así como en la revolución catalana. El 19-I-1479 comenzaba el reinado de Fernando II Buscar voz..., el futuro rey Católico, promotor de reformas en el ámbito zaragozano.
 Bibliog.:
Beltrán, A.: Zaragoza, 2.000 años de Historia, Banco de Vizcaya, Zaragoza, 1976.
Beltrán, A., J. M. Lacarra y A. Canellas: Historia de Zaragoza, t. I: Antigüedad y Edad Media, Zaragoza, 1976.
Canellas, A.: Colección diplomática del Concejo de Zaragoza, 2 vols., Zaragoza, 1972 y 1975.
García Iglesias, L.: Zaragoza, ciudad visigoda, Ed. Guara, Zaragoza, 1979.
Falcón, M. I.: Zaragoza en el siglo XV, Zaragoza, 1981.
Id.: Zaragoza medieval, Alcorces, Ed. Anubar, Zaragoza, 1980.
Lacarra, J. M.: Aragón en el pasado, Madrid, 1972.
Ledesma, M. L. y M. I. Falcón: Zaragoza en la Baja Edad Media, Col. Aragón, Ed. Librería General, Zaragoza, 1977.
Orlandis, J.: Zaragoza visigótica, Zaragoza, 1969.
Turk, A.: El reino de Zaragoza en el siglo XI de Cristo (V de la Hégira), Madrid, 1978.
Viguera, M. J.: Aragón musulmán, Col. Aragón, Ed. Librería General, Zaragoza, 1981.
• Historia Moderna: Este importante período de la historia del principal centro urbano del reino de Aragón muy bien podría comenzar un día de las Navidades del año 1474 cuando la comitiva de Fernando, el primogénito, ya rey de Sicilia, va a hacerse cargo de la Corona castellana y fundar la única diarquía útil que hubo en la Monarquía española. Sale del palacio de La Aljafería Buscar voz... con más juristas que lanceros, porque ahora se trata de un pleito político, de un estatuto institucional que, superado muy pronto, dará de nuevo primacía a las lanzas en la inmediata guerra de Sucesión. Concluirá un 24-V-1808, cuando el pueblo de Zaragoza, en un noble movimiento de rebelión, decida proclamar su lealtad a la causa de la independencia española, punto inicial de lo que ha de constituir su inmortal epopeya. Son trescientos treinta y tres años. Zaragoza entra en los tiempos que llamamos modernos con una tradición de autogobierno, con un orgullo que escasamente limitaba con el respeto debido a sus soberanos y con una fuerte autoridad propia que, tenazmente, querrá mantener precisamente cuando los vientos de la Historia del Occidente soplaban en direcciones distintas, bajo el signo de la monarquía autoritaria, que en vano Fernando el Católico pretendió imponer. Acabaría el monarca reconociendo su impotencia en la cláusula de su último testamento ordenando a su sucesor Carlos no hiciese mudanza alguna en la gobernación de sus reinos de Aragón. Era la condena al más absoluto inmovilismo. Zaragoza se comporta de una manera peculiar. Es una ciudad vibrante, crecientemente cosmopolita, suficientemente rica por si misma para intentar sostener una lucha por cualquier matiz discutible del sistema establecido. Sólo unos pocos -cristianos nuevos, intelectuales como Zurita Buscar voz...- comprenderán el cambio de los tiempos y las posibilidades que ofrecen. La mayor parte de la nobleza, las altas clases burguesas y la masa del pueblo recela y tiene una susceptibilidad a flor de piel. El siglo XVI, reinando el propio Católico, es tiempo de violencias, de tensiones. Son las alteraciones, los "bullicios" -para emplear un término tópico- de Zaragoza, que hay que distinguir de las conocidas "alteraciones de Aragón Buscar voz...", determinadas por causas distintas.
La introducción del Santo Oficio o de la nueva Inquisición Buscar voz... en Aragón fue una sorpresa que el rey Católico, aunque legalmente, introdujo casi de rondón. Cuando llegó la resistencia frente a la más clara vulneración del espíritu foral que hasta entonces habla tenido lugar, la opinión de los dirigentes se dividió. Una parte se mostró favorable, criterio seguido por muchos después del asesinato de Arbués Buscar voz...; otra se dispuso a combatirla legalmente, no tanto por la institución en sí como por su significado antiforal; la tercera a intentar su aniquilamiento. Cuando el 16-IX-1485 muere Pedro Arbués, los partidarios de la Inquisición triunfaron. Fue un asesinato estúpido: un doble crimen. La oposición legal, que tenía su portavoz en la Diputación Buscar voz..., se replegó y se conformó totalmente con la llamada "concordia" suscrita en las Cortes de Monzón de 1512. Sus partidarios, identificados con el que pudiéramos llamar el "partido realista", proliferaron de manera que la Inquisición aragonesa tenía en 1568 mil doscientos quince familiares Buscar voz..., uno de los más altos porcentajes del conjunto de la española. Respecto a sus enemigos efectivos o supuestos, fueron todos los "cristianos nuevos" solamente. De 1485 a 1502 perecieron en la hoguera ciento veinticuatro personas y de ellas sesenta y cuatro relacionadas, directa o indirectamente, con la muerte de Arbués. No debemos creer, sin embargo, que estos furores inquisitoriales tuvieran un efecto decisivo en la fisonomía de la ciudad. En primer lugar porque decrecieron pronto: en los 71 años comprendidos entre 1503 y 1574 sólo hubo 44 relajaciones, y tras las represiones que provocan los motines del 91, la actuación del Santo Oficio a lo largo del siglo XVII fue esporádica. En 1705 el Tribunal se vio obligado a abandonar el castillo de la Aljafería, su sede desde el reinado de Fernando el Católico y pasa a ser, virtualmente, un organismo casi totalmente ineficaz.
La verdad es que la tolerancia tan significativa en la Zaragoza bajomedieval sobrevivió en los siglos subsiguientes. Aquí tuvo acogida entusiasta el pensamiento erasmista y uno de los núcleos más importantes tuvo su centro en nuestra ciudad, para cuya sede se pensó que la ocupase el propio Erasmo de Rotterdam Buscar voz..., como sucesor de don Alonso de Aragón Buscar voz.... Más adelante veremos la brillantez de la intelectualidad zaragozana del siglo XVII con la formación de academias Buscar voz... y tertulias, con una preocupación intensa aunque más inclinadas al mundo de lo erudito o de lo propiamente literario que a cualquier otra tendencia de significación más o menos ideológica. Es el signo del nuevo espíritu de la ciudad: el conformismo barroco.
Otro aspecto fundamental de la vida zaragozana durante este tiempo, es su espiritualidad.
La devoción aragonesa se concreta en tres principales centros, cada uno de los cuales tiene su significación y su propia personalidad dentro de la historia de la ciudad en el aspecto que ahora nos interesa. La Seo Buscar voz..., el Pilar Buscar voz... y Santa Engracia Buscar voz.... La Seo representaba el pasado medieval, la oficialidad de la Iglesia y la más alta representación plástica del sentimiento religioso aragonés. Es un poco la iglesia oficial, de arriba abajo. La época de Fernando el Católico y de su hijo el Arzobispo don Alonso, señala la culminación del espíritu "laseísta": su magnífico retablo, el estupendo cimborrio y el notable engrandecimiento de sus naves llevan a La Seo al momento culminante de su esplendor. Por lo demás es la iglesia de las grandes ceremonias, de la jura de los príncipes, de los más solemnes actos político-religiosos de la época.
Para el nacimiento de nuestra literatura local contribuyó poderosamente el que fuera Zaragoza uno de los centros más importantes de la difusión de la imprenta en toda la península. Las frecuentes relaciones comerciales con Alemania llevarán a fundar la primera imprenta Buscar voz... en la que destacará con luz propia la figura de Pablo Hurus Buscar voz..., padre de la imprenta zaragozana, que a su técnica depurada unirá su fino sentido humanista, que hará constituirse en torno a él uno de los principales núcleos de la floreciente vida del humanismo zaragozano. A la importancia de los títulos de muchas de sus obras se unirá la elegancia de sus ediciones, la maestría en el arte del grabado, la trascendencia hispánica de su mercado. Castilla envía a editar muchos de sus libros a Zaragoza.
Desde que en 1475, en las prensas de Mateo Flandro Buscar voz..., se editó el Manipulus Curatorum Buscar voz... de Guido de Monte Rotherio, nunca éstas cesaron de funcionar. Se afirma, con razón, que el siglo XVI debe calificarse como el Siglo de Oro de la imprenta zaragozana y ello debido a otro gran impresor alemán, Jorge Cocci Buscar voz.... Imprimió más de 300 obras y sus Décadas de Tito Livio fueron calificadas como el libro mejor impreso del siglo nombrado.
La gran figura es Jerónimo de Zurita y Castro Buscar voz..., la personalidad intelectual más destacada del siglo XVI aragonés. Sus Anales de la Corona de Aragón son paradigma del buen hacer histórico, prodigio de veracidad, equilibrio y sensatez, modelo de historias. Nacido y muerto en Zaragoza, es una de las más puras glorias de nuestra ciudad.
Otro aspecto que conviene destacar dentro del cuadro de las actividades zaragozanas es el científico, que como el de los historiadores ha tenido una continuación no interrumpida en tiempos siguientes a los que estudiamos.
La inclinación vocacional del zaragozano ha sido hacia lo relacionado con las ciencias de la naturaleza, sin que debamos olvidar a matemáticos como Gaspar Lax Buscar voz... que aunque nació en Sariñena Buscar voz..., en Zaragoza vivió y murió en 1640; o la del zaragozano Andrés de Li Buscar voz..., cosmólogo cuyos estudios, entre eruditos y astrológicos, completan el famoso Lunario del catalán Bernardo de Granollach. Andrés de Li tiene una personalidad muy definida y multiforme en los tiempos del rey Fernando, con una obra variada y copiosa que lo hace uno de los primeros escritores en prosa castellana de Zaragoza.
En estas actividades científicas va a librar sus primeras armas la flamante Universidad de Zaragoza Buscar voz..., que sustituye los modestos Estudios de Artes Buscar voz... de tiempos anteriores. La Universidad zaragozana fue una concesión del emperador Carlos V Buscar voz... dada en las Cortes de Monzón de 1542; pero su puesta en marcha se retrasaría 41 años, hasta que en 1583 el tesón de Pedro Cerbuna Buscar voz... haría efectiva la concesión imperial y papal.
La medicina zaragozana tuvo el aporte importantísimo derivado de la acción positiva del Hospital Real y General de Nuestra Señora de Gracia Buscar voz....
Abreviando una larga hilera de nombres, pueden concretarse cuatro, indica del importante relieve que adquiere la escuela médica zaragozana: Juan Tomás Porcell Buscar voz..., Juan de Bercebal, Matías de Llera Buscar voz... y José Lucas Casalete Buscar voz..., todos ellos -y podríamos citar hasta una docena de nombres-merecen el calificativo de investigadores, en un sentido plenamente actual de la palabra. Porcell es la gran figura del Hospital; sus célebres autopsias y estadísticas de la peste de 1564 concretadas en su libro Información y curación de la peste de Zaragoza y preservación de la peste en general, que es, quizá, la mejor relación atemperada a su tiempo del estudio de una calamidad tal como fue la citada epidemia. Un clásico de la medicina. Humanamente un héroe. Bercebal, enfermero mayor del hospital de franciscanos, reactivado durante la última parte del siglo XVII, es ante todo un gran farmacólogo. Su Recetario medicinal espagírico (Arte de depurar los metales) y su Tesoro medicinal hacen aparecer a nuestro sabio como un decidido seguidor de la iatroquímica, con notables conocimientos técnicos y doctrinales. Con Llera entramos ya de pleno en la Universidad. Es catedrático de Prima de Medicina. Fernando Zubiri, que ha estudiado la medicina aragonesa del siglo XVII, no duda de calificarlo como la gran figura del galenismo español, pero dotado de un sobrio sentido práctico y de una gran capacidad de observación clínica. Casalete fue el gran innovador, desde su cátedra de la medicina, aceptando plenamente las ideas modernas, enfrentándose con el galenismo vigente y propugnando nuevos sistemas curativos y estudiando, a la luz de las nuevas doctrinas, la etiología de la enfermedad.
Los sucesos de Zaragoza de 1591 Buscar voz... y sus consecuencias, atrajeron poderosamente la atención hacia esta ciudad. La fría hostilidad que hasta entonces había existido entre Castilla y Aragón se va fundiendo rápidamente. Comienza la era de "la famosa Zaragoza". Don Quijote Buscar voz... dirige a su Rocinante hacia "Zaragoza, la famosa", donde se libran las justas más notables del reino; desgraciadamente, el sedicente Alonso Fernández de Avellaneda Buscar voz... torció el rumbo del noble rocín del Caballero de la Triste Figura, y Zaragoza quedó al margen de la relación cervantina. La madrileña María de Zayas y Sotomayor habla de la "hermosísima y noble ciudad de Zaragoza, divino milagro de la naturaleza y glorioso trofeo del Reino de Aragón", en una de sus novelas; Mateo Alemán sitúa una parte de las aventuras de su Guzmán de Alfaracheen nuestra ciudad; y, acertadamente creemos, entre sus elogios está el de afirmar que Zaragoza "daba de sí como un olor de Italia", apariencia efectivamente posible de nuestra ciudad a fines del XVI y durante el XVII; en fin, Lope de Vega, Calderon, Ruiz de Alarcón, sitúan algunas de sus comedias en nuestra ciudad. Es el proceso definitivo de españolización de la dura y resistente Zaragoza del dieciséis.
Contrasta con la verticalidad inexacta de la Torre Nueva Buscar voz..., otro edificio que, afortunadamente, conserva Zaragoza: La Lonja Buscar voz.... Inaugurada en 1551, feliz iniciativa de don Hernando de Aragón Buscar voz..., construida con fondos municipales, magistralmente, bajo la dirección del arquitecto Juan de Sariñena Buscar voz..., simboliza otro aspecto fundamental de la Zaragoza de su tiempo: el financiero, mercantil y comercial que vive, quizás, en esos años, el momento culminante de sus posibilidades. Es el tiempo en que nuestra ciudad se llena depalacios Buscar voz... y en el que el negocio tiene libre curso. Detrás de la sencillez de sus muros, la amplia sala de esbeltas columnas góticas da fe de una realidad viva y bullente, que si estruendosa en motines, es silenciosa y efectiva en el aspecto financiero, del que Zaragoza es un centro importante, quizás el mayor centro de la España interior.
Cuando el 16-VII-1730, Felipe V suspende la "ceca" de Zaragoza, prohibiendo acuñar moneda en la ciudad, acaba una brillante tradición, base y fundamento, en parte, de su prosperidad económica. No fue nuestra moneda, salvo excepciones importantes, rica en metales nobles, pero sí, en cambio, de una estabilidad notable que le permite aguantar con una mayor seguridad la enorme inestabilidad de las monedas hispanas. Con razón el profesor Lacarra dice que Aragón escapa a los ciclos de fuerte inflación y deflación monetaria, constituyendo una excepción notable dentro del cuadro general de la acción monetaria. No quiere decir que no faltasen problemas, pero ellos fueron más tolerables, al menos hasta los desastres del siglo XVII. Por ello la Zaragoza del tiempo a que nos referimos es ciudad de millonarios. La creciente monetización de las rentas agrarias, la importancia de las urbanas, el negocio mercantil y artesano, la tradición de las actividades financieras que arranca de la aljama judía Buscar voz... y que continúan cristianos nuevos y viejos, creará en estos tiempos un tipo, relativamente numeroso, de patriciado urbano, a quien enlaces matrimoniales uniría, a veces, con la alta nobleza, que dominaría la vida municipal, que gustaría de la vida refinada y culta. Los Lanuza, los Torrero, los Fortea, y tantos otros, nos podrían servir de ejemplo. Símbolo de ello son sus palacios; desde el de los Sánchez, que se alzaba en la plaza del Pilar -uno de los más antiguos-, hasta el de los de Coloma -morada de reyes- y la maravilla del palacio Zaporta, que, andando el tiempo, se llamaría de "la Infanta". Casi todos fueron llevados por el tiempo; y es bien penoso.
Otro hecho social que repercute notablemente en la vida ciudadana es la fijación definitiva de la residencia oficial de la nobleza de primer rango, hasta entonces más ordinariamente habitante dentro de los límites de sus posesiones feudales. Nobleza, además titulada conforma la tónica que se acentúa a partir del reinado de Fernando. Ciertamente que su tránsito por Zaragoza será relativamente breve, ya que la Corte actuará como poderoso foco de atracción, pero que dejará su huella en la ciudad, bien sea por la construcción de sus palacios (recordemos entre otros tanto los del conde de Belchite, el de Luzán, el de los condes de Sástago y Argillo, el de los Luna o el de los Villahermosa), bien por el resurgimiento de nuevas costumbres y diversiones: 1505, organización de la Cofradía de Caballeros e Hijosdalgo de San Jorge Buscar voz..., con obligación de disponer anualmente justas y torneos, lo que andando el tiempo originaría la Real Maestranza de Caballería Buscar voz...; bien interviniendo crecientemente en la vida pública de la ciudad, en activo regateo con la alta burguesía y aun descartándola, aunque sea sólo en parte, en el siglo XVIII.
Zaragoza era -y es- una ciudad de trabajo. El profesor San Vicente ha señalado en su excelente monografía El Padre de Huérfanos no menos de 349 nombres -algunos, muy típicos- para relacionar las actividades laborales desarrolladas en la ciudad a fines del siglo XVI. Su historia comprende tres momentos distintos que casi coinciden con los tres siglos objeto de este apresurado estudio: el siglo XVI, es el de máxima actividad, el XVII da muestra de una evidente decadencia, que intentarán contrarrestar algunos esfuerzos -más teóricos que reales-, como los que propugna el gran Juan Pablo Dormer, la gran figura de fines de este siglo; en el siglo XVIII hay un ligero renacimiento, más pequeño de lo que se cree, acaso por su artificialidad, ya que no responde a una vocación popular, sino a un intento de planificación estatal, municipal o de sociedades intermedias, como las realizadas por la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País Buscar voz..., beneméritas, sin duda alguna, mas de resultados mediocres, tanto más en Zaragoza, en la que la inmediataguerra de la Independencia Buscar voz... ahogaría en flor muchas iniciativas, propósitos y aun realizaciones.
A consecuencia de la guerra de Sucesión Buscar voz... a la Corona de España en la que Aragón había mantenido, bastante tibiamente, la causa del Archiduque de Austria, Felipe V el 29-VI-1707 derogó los Fueros Buscar voz...Privilegios y Costumbres Buscar voz... jurídicas aragonesas, imponiendo en el reino las leyes de Castilla, aplicando para ello el derecho de conquista Buscar voz.... Es la fecha más importante en la historia del reino y, por tanto, de Zaragoza en la Edad Moderna. Conviene destacarlo porque representa un giro de muchos grados. Es virtualmente el final del viejo reino. Debemos observar que la reacción zaragozana fue mínima, más adelante, el 3-IV-1711 se atemperó el decreto de 1707: se salvan las leyes civiles y municipales, salvo que en los negocios y contratos intervenga el rey con los súbditos, pues entonces se aplicarían las leyes de Castilla.
El siglo XVIII aragonés es, en general, desanimado, brota en él como una especie de melancolía que, entendemos, tiene su causa en la degradación; ciertamente que en su segunda parte no faltará una minoría animosa y emprendedora que girará en torno, especialmente, del conde de Aranda Buscar voz... y que se explayará en dos vertientes: una nacional, el llamado "partido aragonés Buscar voz..." y otra local y regional, que se centra en torno a una persona, Ramón de Pignatelli Buscar voz..., y de una institución, la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País. Pero conviene repetir: sólo una minoría y muy íntimamente relacionada entre sí por lazos de sangre o de comunes intereses. El despertar de Zaragoza, apasionado y vehemente, no será hasta 1808.
Una manera posible de enfocar la historia de una ciudad es buscar sus puntos neurálgicos, que ponen en movimiento su capacidad de acción, resumen su representación, sobresalen en el cúmulo de sus calles, destacan en su vieja planta, apenas conmovida por el paso de los siglos. En Zaragoza nos atrevemos a proponer, a tal efecto, cinco lugares: el puente de Piedra, las plazas de La Seo, del Pilar y del Mercado, y la calle del Coso. El puente es razón de ser, justificación de la ciudad y escenario de mil fantásticas comitivas. Desde la unión de los reinos adquiere una nueva significación. Es el principal enlace entre ellos. A su lado, como fiel ayudante, no siempre afortunado, el puente de tablas. Sería ingratitud no mencionarlo.
La plaza de La Seo representa durante los siglos XVI y XVII el centro oficial de la ciudad. Allí, además de la catedral se alza el palacio arzobispal que ordinariamente sirve de residencia a los reyes en su visita a la ciudad; a un paso el palacio de la Diputación, el orgulloso símbolo del reino, centro de la vida judicial, vibrante siempre por alguna inquietud, cuyo día más triste habría de ser el 19-XII-1591, cuando Juan de Velasco, por orden del rey, detuvo al Justicia Mayor Buscar voz... de Aragón, Juan de Lanuza Buscar voz..., comienzo del final de una tragedia tan desventurada como insensata. Su grandiosa fábrica vinculaba las tradiciones aragonesas y encerraba toda la historia de Aragón. Fue una de las víctimas de los Sitios, como si no quisiera sobrevivir a sus ya pasadas grandezas.
Casi enfrente del palacio de la Diputación del Reino, las Casas del Puente albergaban modestamente al comercio zaragozano. Toda la vida de la ciudad, en sus grandezas y en sus miserias, pasaba por allí. Su historia es virtualmente la historia de Zaragoza. Impertérrita al paso del tiempo; siempre sobrevive. Habremos de recordar el tránsito que significó la visita que Fernando el Católico realiza el 11-XI-1487, el mayor éxito del monarca, ya que orientó la vida municipal por nuevos rumbos y mantuvo el Concejo, ya para siempre, fiel a su Corona. El Concejo, con sus múltiples atribuciones, regía la vida de sus ciudadanos y, hasta en ocasiones, su muerte, en virtud del famoso Privilegio de los Veinte Buscar voz..., causa, a veces, de grandes preocupaciones.
La plaza del Pilar, tan cercana a la de La Seo, ofrecería un aspecto muy distinto. Se remansa la agitación, el desasosiego, el mundanal ruido. Toda ella está llena de la inmensa devoción a la Virgen. Sólo un día, el 13-X-1653, esta ordinaria paz se turbó. Se eligió la plaza para correr toros. Y el festejo acabó en violencia. Hubo desgracias en el improvisado ruedo; hubo riñas en el inventado graderío. Una gran profanación que contrastará con la emoción que produjo la construcción del nuevo templo. Lo oficialmente iniciado en 1681 y terminado en 1718, significa el triunfo definitivo de la basílica mariana, la confirmación de la realeza de la Virgen del Pilar sobre Zaragoza. Y su tributo principal, el silencio y la oración.
La plaza del Mercado es fundamentalmente popular. Su historia arranca del mismo siglo XIII. Entre la vieja ciudad y su más importante barrio extramuros, San Pablo, es un poco síntesis de todo lo bueno, de todo lo malo que la ciudad ofrece. Es fundamentalmente alegre y desgarrada. Tan pronto sirve como escenario de festejos, de corridas de toros -a las que hay una gran afición en la ciudad hasta que Pignatelli hizo la plaza de planta-, de festivos desfiles, como se convierte en fúnebre escenario de exequias reales, como ocurrió para conmemorar la muerte de Fernando el Católico, o hecha silencio ante terribles ejecuciones capitales, como la de don Juan de Lanuza, en sí el acontecimiento más conmovedor de todo nuestro siglo XVI.
La calle del Coso es el orgullo de Zaragoza. Como el Arenal de Sevilla o el Azoguejo segoviano, pasa a ser, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XVI, el rompeolas humano de la ciudad. En ella desembocan todas las callejas de la antigua urbe; desde la Cedacería hasta la de Zaporta; atraviesa la antigua judería y da paso a la desaparecida morería tiene de todo, suntuosos palacios, conventos y hostales y hasta recuerda una gran tragedia, cuando el 12-XI-1778 ardió la Casa de las Comedias, el teatro de la ciudad, produciendo numerosas víctimas, entre ellas la del propio capitán general. Sus torneos, sus mascaradas, eran famosas. Es larga y ancha. No hay viajero que no la cite. Nobles y plebeyos, es de todos y para todos. Límite de la ciudad de nuestro tiempo, es también trampolín para el lanzamiento hacia la Zaragoza del futuro.
• Alteraciones de Zaragoza Buscar voz... -. Las tensiones acumuladas en el reino de Aragón a lo largo del siglo XVI iban a culminar en su capital, Zaragoza, los años 1590 y 1591. En la década de los ochenta, los distintos organismos políticos se mostraban incapaces de solucionar los numerosos problemas que afectaban a gran parte del territorio aragonés.
A las alteraciones de Teruel y Albarracín Buscar voz..., la proliferación de los bandoleros Buscar voz..., la rebelión de los vasallos de Ribagorza Buscar voz..., el sangriento conflicto de montañeses y moriscos Buscar voz..., se vinieron a sumar en Zaragoza otros motivos de inquietud, tales como la llegada del marqués de Almenara para iniciar el pleito del virrey extranjero, el nombramiento de los inquisidores Molina de Medrano y Juan de Mendoza y la ejecución de A. Martón Buscar voz.... Todo ello había contribuido a fortalecer la posición de los fueristas, radicalmente opuestos al creciente intrusismo del poder absoluto. La llegada de Antonio Pérez Buscar voz... fue el nuevo elemento añadido que contribuiría decisivamente a polarizar las tensiones latentes ya hacia mucho tiempo.
El asunto del antiguo secretario de Felipe I Buscar voz... (II de Castilla) se convirtió en un pulso entre el monarca y los fueristas, pero la habilidad del propio Pérez le sirvió para desviar la atención hacia su persona, granjeándose el favor popular. Cualquier decisión que se adoptara contra él iba a encontrarse con la rotunda oposición del pueblo zaragozano.
La decisión del monarca, temeroso de que la justicia aragonesa pudiera dejar sin castigo a Pérez, de forzar a la Inquisición a acusarlo de herejía, excitó todavía más los ánimos de los fueristas y del pueblo zaragozano, siempre reacios a admitir al Santo Oficio y totalmente desacordes con sus modos de proceder. La primera explosión de violencia se produjo cuando el tribunal inquisitorial reclamó al Justicia de Aragón, Lanuza el Viejo, la persona de Antonio Pérez, preso en la cárcel de los Manifestados Buscar voz... -cárcel de la "Libertad" se la denominaba-. El 24 de mayo, fecha prevista para conducir a Pérez a la Aljafería secretamente, el pueblo zaragozano, que tuvo noticia del hecho, se amotinó, intentando en vano impedir el traslado. Los alborotadores, entre quienes se encontraban caballeros, clérigos, artesanos, agricultores, se dividieron en dos grupos. Parte se dirigió al domicilio del marqués de Almenara Buscar voz..., exigiendo del Justicia su prisión inmediata. Acompañado de algunos lugartenientes del Justicia, Lanuza el Viejo detuvo a Almenara, saliendo hacia la prisión escoltado por criados y algunos caballeros. El Justicia quiso velar por la seguridad del preso y para ello previó su traslado en un coche, pero los alborotadores se negaron a consentirlo y obligaron a la comitiva a ir a pie, atacándola a continuación con el deseo de dar muerte al marqués. Varios hombres resultaron heridos en el enfrentamiento y entre ellos el propio Almenara, que fallecería catorce días más tarde en la cárcel.
El segundo grupo de alborotadores se dirigió a la Aljafería con la intención de rescatar a Antonio Pérez, ante el rumor de que el Santo Oficio proyectaba su inmediato traslado a Castilla. Tras intensas negociaciones con el virrey, el arzobispo y el zalmedina de Zaragoza, los inquisidores, amedrentados por la presión popular, consintieron en devolver al preso a la cárcel de la Manifestación.
Durante el verano del año 1591, Zaragoza vivió una época de intensa agitación popular.
Pasquines, sermones, continua propaganda por la calle fueron los elementos de los revoltosos. Si el móvil aparente era el caso de Antonio Pérez, en el fondo se estaban cuestionando otros asuntos de mayor trascendencia como la viabilidad del sistema foral frente a un nuevo concepto de la Monarquía, o instituciones como la Inquisición. Los más radicales llegaron incluso a cuestionar la propia Monarquía. Todos eran conscientes de que el motín el 24 de mayo no era más que el inicio de un proceso cuyo final resultaba imprevisible.
Ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, la alta nobleza comenzó a desmarcarse de los fueristas exaltados. Los diputados, un poco llevados por los acontecimientos y sometidos a la doble presión popular y del monarca, intentaban solucionar el caso de Pérez, tratando con la Corte de su vuelta a la cárcel inquisitorial, lo que no iba contra los Fueros. Cuando por fin se llegó a un acuerdo sobre ello, las autoridades decidieron dar la mayor publicidad al asunto y sus motivaciones, para evitar que los fueristas pudieran esgrimir una vulneración de la ley aragonesa.
Por su parte, el gobernador del reino, a fin de impedir la repetición de sucesos como los del 24 de mayo, adoptó medidas de seguridad extraordinarias distribuyendo por las calles zaragozanas de 1.500 a 2.000 soldados en la fecha prevista para el nuevo traslado de Pérez. A pesar de todas precauciones, el 24 de septiembre se repetían las escenas de cuatro meses antes. El preso fue entregado a los inquisidores en las puertas de la cárcel de los Manifestados. El pueblo, nuevamente amotinado impidió su traslado. Las precauciones del gobernador fracasaron al sumarse parte de los soldados a los revoltosos. El descrédito de las autoridades era total, al considerar que no defendían los Fueros aragoneses. La alta nobleza, a excepción el conde de Aranda y del duque de Villahermosa, huyeron de Zaragoza. Los amotinados pusieron en libertad a Pérez que aprovechó la ocasión para huir de la capital.
El monarca, indeciso durante todo el verano, se decidió a acabar por la fuerza con aquel estado de cosas. El 15 de octubre comunicaba a las universidades y nobles del reino que un ejército capitaneado por Alonso de Vargas iba a entrar en Aragón, donde permanecería "hasta restaurar el respeto debido a la Inquisición y hasta lograr que el uso y el ejercicio de las Leyes y Fueros de aquel Reino estuviere expedito y libre". La entrada de las tropas castellanas, por tratarse de un ejército extranjero, suponía un grave contrafuero y por ello informaba el deán de La Seo al monarca: "es muy justo resistirles por los medios que las leyes de este Reino, dadas por nuestros Reyes, presentan y disponen" y estos medios no eran otros que la respuesta armada. La rapidez de los acontecimientos y la escasez de recursos armados vetaba cualquier posibilidad de éxito a los aragoneses. Las universidades del reino, a excepción de Jaca, Daroca, Teruel y Caspe, con los pueblos de su entorno, se mostraron indecisas ante la orden de los diputados de que se les enviaran tropas. En Zaragoza comenzó a cundir el desánimo. El 8 de noviembre Vargas entraba en Aragón. A su encuentro salió un pequeño grupo de hombres mal armados, encabezados por el nuevo Justicia, Juan de Lanuza Buscar voz... y por el viejo fuerista, Juan de Luna. Poco antes Aranda y Villahermosa habían huido a Épila Buscar voz.... A la vista de las tropas castellanas, el 9 de noviembre, en Utebo%12592, se produjo la detección de Lanuza y Luna, que se refugiaron en Épila. Hubo una desbandada general entre las tropas zaragozanas y Vargas, sin hallar resistencia alguna, entraba en Zaragoza el 12 de noviembre. Los refugiados en Épila intentaron, cada vez con menos vigor, continuar en la defensa de los Fueros Buscar voz.... Los grupos más exaltados, temiendo una fuerte represión, huyeron a Francia, desde donde intentarían invadir Aragón, con ayuda de los bearneses, pero su acción fracasó rotundamente.
El monarca, una vez ocupada Zaragoza, inició una fuerte represión, contra el parecer de Vargas. La Inquisición por un lado y la justicia real por otro condenaron a numerosas personas por su participación en los hechos, entre las que se pueden destacar a Diego de Heredia, Juan de Luna, el pelaire Pedro Fuertes y el jacetano Francisco de Ayerbe condenados a la pena capital tras ser sometidos a tormento. El conde de Aranda y el duque de Villahermosa fueron apresados el 19 de diciembre, siendo trasladados a Castilla donde morirían, presos, en extrañas circunstancias. En la misma fecha era detenido el Justicia, quien, según orden directa del rey, debía ser ejecutado inmediatamente. La noticia produjo un gran impacto entre la población zaragozana. Muchos fueron los que abandonaron la ciudad, temiendo que la represión se generalizara. En la madrugada del 20-XII-1591, con la ciudad envuelta "en luto y silencio", como narra Argensola, era ejecutado, sin juicio previo, Juan de Lanuza. Su decapitación causó una gran impresión entre los aragoneses. El conde de Luna, afecto al monarca, escribía: "las mujeres decían que no deseaban parir, ni enjugar los ojos de lágrimas, ni dar leche a sus hijos, otros codiciaban la muerte, diciendo que mil veces eran bienaventurados los que habían muerto sin ver las insolencias en Aragón".
• Bibliog.:
Argensola, L. L.: Información de los sucesos del Reino de Aragón en los años 1590 y 1591, Madrid, 1808.
Céspedes y Meneses, G. de: Historia apologética de los sucesos del Reino de Aragón y su ciudad de Zaragoza, años de 91 y 92, Zaragoza, 1622.
Luna, conde de: Comentarios de los sucesos de Aragón en 1591 y 1592, Madrid, 1888.
Pidal, marqués de: Historia de las alteraciones de Aragón en el reinado de Felipe II, Madrid, 1862.
Marañón, G.: Antonio Pérez, Madrid, 1958.
• Historia Contemporánea: La guerra de la Independencia Buscar voz... y los dos Sitios Buscar voz... que soporta la ciudad son el punto de partida de la Zaragoza contemporánea. Se han exagerado tradicionalmente los efectos de la guerra sobre el poblamiento de la ciudad. El censo de 1797 nos proporciona una cifra de 45.179 hab., dato que repite el Censo de Manufacturas de 1799 y que se prolonga en informaciones hasta 1808. Las pérdidas son difíciles de evaluar, pero durante el Trienio Constitucional Buscar voz... los recuentos municipales calculan unos 35.000 vecinos y el Diccionario de Miñano (1826-28) proporciona una cifra de 43.433 almas. Lo que sí se puede afirmar pues es que Zaragoza recupera el volumen de población anterior a 1808 a finales del reinado de Fernando VII Buscar voz.... La estructura económica de la ciudad se ve también indudablemente afectada, pero la escasa capacidad artesanal o protoindustrial es asimismo anterior a la guerra de la Independencia. Disminuye el número de los establecimientos fabricantes de seda y lana, pero tanto antes como después de 1808 es la Real Casa de Misericordia Buscar voz... el mayor productor, se mantienen manufacturas de jabón, aguardiente, curtidos, salitre, etc.; los 74 molinos de aceite de 1806 son sólo 35 en 1816, desaparecen una fábrica de papel y otra de regaliz, pero no se puede afirmar que la débil estructura productiva quede afectada sustancialmente como ha podido venir afirmando una historiografía que atribuía a causas externas (guerras) el decaimiento económico de la primera mitad del siglo XIX. En el aspecto urbanístico sí que la guerra incidió fuertemente en la fábrica de los edificios, de modo que hasta 1833 se atendió exclusivamente a reparar lo destruido y a volver al estado de cosas anterior a 1808.
La visita de Fernando VII a Zaragoza en 1828 y el facsímil del libro recientemente reeditado sobre la misma son una buena ocasión y testimonio de aproximación a la estructura social y urbana de la Zaragoza de los últimos tiempos del Antiguo Régimen Buscar voz..., ciudad que junto a la capitalidad política, militar y religiosa tenía carácter de cabeza de mercado regional, hecho que marcaba claramente su impronta en el número y capacidad de gremios de artesanos y menestrales. La ciudad se divide en cuatro "cuarteles" de ocho barrios cada uno, según lo regulado a fines del siglo XVIII y las cuatro puertas (del Ángel, Cinegia, del Sol y de Sancho) definen todavía un casco antiguo circunvalado por el Coso. María Rosa Jiménez describe puntualmente las transformaciones urbanísticas desarrolladas entre 1833 y 1840. La más importante fue la creación de la plaza de la Constitución sobre los bienes del desaparecido convento de San Francisco y Hospital de Nuestra Señora de Gracia. Las reparaciones del puente de Piedra, la erección de la desaparecida Cruz del Coso y de la trasladada Fuente de la Princesa Buscar voz..., la construcción del Cementerio de Torrero Buscar voz... en 1834, etc., son obras realizadas durante la Regencia de María Cristina de Nápoles Buscar voz....
Durante estos años se lleva a cabo un activo proceso desamortizador de fincas urbanas en la ciudad que conlleva una transformación de la propiedad urbana y un aumento de la reconstrucción y remodelación urbanística. Y ello en el marco de unas luchas políticas que proporcionan una definición liberal a la ciudad, aportan efemérides como la del 5 de marzo Buscar voz... (1838), en defensa contra las tropas carlistas Buscar voz..., y convierte en protagonista a una burguesía comercial beneficiaria de la desamortización Buscar voz... y apoyada en artesanos y menestrales encuadrados en la Milicia Nacional Buscar voz.... La Zaragoza esparterista verá a partir de 1840 la realización de un viejo proyecto ya impulsado por Martín de Garay Buscar voz... en 1815, la apertura del Salón de Santa Engracia, actual paseo de la Independencia, iniciado a semejanza de la calle Rivoli de París. La obra con la exigencia inicial de porches o soportales, se iría desarrollando a lo largo del siglo y sería el espacio a ocupar por una burguesía zaragozana que condicionaría ineludiblemente en dirección sur el desarrollo urbanístico de la ciudad.
Los años 50 y 60 del pasado siglo definen con claridad una nueva época en el desarrollo económico, social y urbano de la ciudad. Son años, desde el 54 hasta el 68 particularmente, de desarrollo económico en general, de afianzamiento de la burguesía urbana y mercantil, de fortalecimiento del liberalismo Buscar voz... y aun de radicalización democrática. En los primeros sesenta entra por todas direcciones el ferrocarril Buscar voz... en Zaragoza: Zaragoza-Barcelona, Madrid-Zaragoza, Zaragoza-Alsasua. La unión del tendido ferroviario incide fuertemente en los planteamientos urbanísticos, pero sobre todo, ya desde su primer proyecto a partir de 1856, repercute en la estructura económica y social de la ciudad. Zaragoza alcanza los 63.446 hab. según el censo de 1857, se desarrolla económicamente y se diversifica socialmente. Algo parecido a un cinturón industrial se va perfilando en los alrededores ciudadanos. Son sobre todo las fábricas de harinas Buscar voz...: en la subida de Cuéllar (Almech), en el puente del Gállego (Villarroya y Castellano), a lo largo del río Huerva aproximándose a la ciudad (Almech, Biesa, Rufino Vial), por el camino de las Torres y siguiendo la Acequia de San José (Luesma), fábricas de aguardientes, de almidón y pastas, serrerías, elaboraciones de cerveza, chocolate, papel, tejas y ladrillos, jabón, vidrio, textiles, etc. Crecimiento económico e industrial simultáneo en otras capitales de la nación que en estas décadas ven sus primeros proyectos de ensanche. En Zaragoza las realizaciones suponen una orientación urbanística en este sentido: en primer lugar las reformas en el interior de la parte vieja de la ciudad, la apertura de la calle Alfonso Buscar voz... (1866) y el ensanche y remodelación de la de Don Jaime, que dejan sentado hasta hoy el aspecto básico del casco urbano tradicional; la ordenación de la zona de expansión en torno al paseo de la Independencia, a su enlace con Torrero y con los enclaves industriales a pie de agua del Canal, y a lo largo del Huerva y de Hernán Cortés hacia la estación del ferrocarril; mejora general de servicios y de comunicaciones.
A lo largo del siglo XIX, Zaragoza dobla el número de sus habitantes y es la única capital aragonesa que alcanza tal incremento. En el censo de 1877 tiene 89.222 hab. y, con un crecimiento lentificado por la crisis finisecular el censo de 1900 computa la cifra de 99.118 hab. Una publicación del profesor García Lasaosa nos permite conocer en detalle el desarrollo urbanístico de la ciudad entre 1885 y 1908. Entrado el siglo XX, Zaragoza cruza la barrera de los 100.000 hab. (111.704 en 1910), lo cual implica necesariamente la transformación de la configuración urbana. El desarrollo industrial de principios de siglo comporta una localización en el extrarradio que va a condicionar las pautas de poblamiento y expansión. Un repaso a las principales industrias de la Zaragoza de 1900 nos indica que La Azucarera de Aragón Buscar voz... está establecida al lado de la estación del ferrocarril del Norte, la Nueva Azucarera de Zaragoza en el puente de Santa Isabel sobre el Gállego, las fundiciones Averly Buscar voz... junto al Campo del Sepulcro, Tudor y Carde y Escoriaza Buscar voz... en la subida de Cuéllar, la Industrial Química Buscar voz... en la salida hacia Madrid, junto a la puerta de Sancho, etc. Las pautas de poblamiento y expansión suburbanas se desarrollan a lo largo de la carretera de Barcelona, hacia Madrid y en las proximidades de la estación del ferrocarril generando ya desde fines del XIX el crecimiento del barrio de Las Delicias, por la carretera a Valencia y a Teruel, paralela al barrio industrial que sigue el curso del Huerva, por la carretera de Castellón a partir de Miguel Servet con el crecimiento también populoso del barrio de San José, etc.
Las reformas urbanísticas en el interior del casco urbano y los ensanches del mismo son intensas en las primeras décadas del siglo XX. El ensanche más característico es el que se produce a partir de 1900 sobre el paseo de Sagasta que une el centro con Torrero. Con motivo de la Exposición de 1908 Buscar voz..., y gracias a la ayuda estatal, se urbaniza la Huerta de Santa Engracia; de 1900 data el plan de alineación del paseo de Pamplona; de 1914 el de la apertura de Conde de Aranda, conformándose una estructura radial a partir de la plaza de Aragón, desaparecida en 1904 la puerta de Santa Engracia que cerraba el anterior "Salón". Los tranvías surcan la ciudad desde 1885 y son electrificados a partir de 1902. En 1903 el edificio del Mercado Central Buscar voz... cambia la fisonomía del casco antiguo. La evolución urbana de la ciudad puede contrastarse con los planos de Dionisio Casañal de 1898, 1899 y 1908, al cual se debe también un Plan General de Ordenación Urbana en 1906, que verá aplazada su aplicación.
Se podría afirmar que en las primeras décadas del siglo XX, Zaragoza ve reforzada su capitalidad sobre el conjunto de Aragón en todos los aspectos: político, cultural, económico, financiero (Banco de Aragón Buscar voz... y Banco Zaragozano Buscar voz... en 1910), y que la expansión urbana sigue unas líneas en el casco viejo, en los ensanches burgueses por Independencia, Sagasta, Gran Vía, en los barrios obreros y en el extrarradio que marcarán la fisonomía de la ciudad durante toda la primera mitad del siglo XX.
La Zaragoza protagonista de tensiones sociales en los años veinte y en los días de la República desempeñará una indudable capitalidad económica e ideológica durante los años de la guerra civil Buscar voz.... Desde entonces su evolución urbanística puede seguirse a través del Plan de Reforma Interior de 1939 (Borobio y Beltrán), del Anteproyecto de Ordenación General de 1943 (Yarza), Plan General de Ordenación Urbana de 1957 (Yarza) y Plan General de Ordenación Urbana de 1968 (Larrodera). La ciudad ha crecido desordenadamente, sobre todo a partir del impulso de 1960 sin que hayan faltado los atentados a su patrimonio histórico ni imprevisiones de todo tipo. La expansión por la margen izquierda ha requerido la construcción de nuevos puentes. Lentamente se va recuperando el casco viejo fuertemente degradado. Se han rehabilitado edificios emblemáticos como la Aljafería Buscar voz..., la Seo Buscar voz... y espacios como la plaza de las catedrales. Los cinturones de circunvalación, la construcción de la estación intermodal y la expansión de la ciudad por el sur cambiarán notablemente la fisionomía de la ciudad.
• Bibliog.:
Jiménez, María Rosa: El Municipio de Zaragoza, 1833-1840, Zaragoza, 1976.
García Lasaosa, José: Desarrollo Urbanístico de Zaragoza, 1885-1908, Zaragoza, 1979.
Estado Actual de los Estudios sobre Aragón, IV, 2 vols., Zaragoza, 1982. Ponencia y comunicaciones sobre "Historia Urbana".
• Arte: Si el actual conjunto de la ciudad de Zaragoza con su modernidad, dinamismo y aparente desmonumentalización desorienta en cuanto a su importancia artístico-monumental, es forzoso reivindicar ésta y, evidentemente, hay que citarla entre las importantes en tal aspecto, pues todavía conserva edificios bien significativos en la Historia del Arte. El comentario de la Zaragoza monumental se hace en un paso a través de los siglos, puntuando dentro de cada uno de los momentos históricos los que son monumentos importantes y todavía conservados.
De la ciudad romana Buscar voz... sabemos la disposición y de sus monumentos nos han llegado testimonios tales como la muralla Buscar voz..., de que se conservan varios tramos (los más importantes en la parte posterior del convento del Santo Sepulcro y junto a San Juan de los Panetes) de características bien romanas. Hallazgo importante ha sido en los últimos años del siglo XX el del teatro romano Buscar voz..., las termas Buscar voz... públicas en la calle de los Santos Juan y Pablo, el foro Buscar voz... y los mercados, así como el puerto fluvial. Todos estos espacios conforman la ruta integrada y coherente de la Zaragoza Romana. Además, en transición de lo romano a lo cristiano Buscar voz..., la cripta de Santa Engracia, ahora es una reconstrucción, conservando seguramente la planta primitiva, y dos admirables sarcófagos Buscar voz... paleocristianos.
Durante el período musulmán parece tuvo fama la limpieza y buena urbanización de la ciudad. Y fue comentada su blancura. De entonces arranca uno de los monumentos más importantes: la Aljafería Buscar voz....
-La Seo Buscar voz....
-Iglesia de la Magdalena: Hay una serie de iglesias zaragozanas que si bien las podemos clasificar como mudéjares Buscar voz..., no cabe duda que continuaron su ampliación y reforma en siglos posteriores y aun en ocasiones se transformaron, de manera bien cambiante con respecto al estilo originario, en su interior. Entre estas iglesias está la de Santa María Magdalena, que actualmente tiene su entrada por el que fue bellísimo ábside poligonal, con decoración de arcos mixtilíneos ciegos y elegantísimos ventanales muy apuntados y de fina molduración característica; su torre -seguramente del siglo XIII como casi toda la obra mudéjar de la iglesia- es de planta cuadrada con ventanales románicos, abocinados aún en los pisos bajos y ajimezados apuntados en los altos y decoración en ladrillo resaltado, con los consabidos arcos ciegos mixtilíneos y mucha incrustación de cerámica blanca y verde. Son sin duda este ábside y esta torre de los testimonios mudéjares más bellos de Aragón y mejor conservados. En el interior de la iglesia, barroquizado, se conservan partes del retablo en madera encargado a Forment Buscar voz..., que éste no llegó a concluir.
-Iglesia de San Gil: También es iglesia gótico-mudéjar la de San Gil, pero su conjunto ha sido muy alterado por reformas posteriores. Lo más interesante de la obra originaria es la torre, que podría fecharse en el siglo XIV, aun cuando su parte baja sea seguramente bastante más antigua que la superior; todo ello siempre con las decoraciones habituales.
-Iglesia de San Pablo: La más espectacular de las iglesias gótico-mudéjares zaragozanas, es la de San Pablo, ampliada a partir del momento de origen, que en su aspecto actual puede pertenecer a los siglos XIV y XV; esas ampliaciones configuraron una iglesia un tanto complicada, ya que originariamente era edificio de nave única con capillas de ingreso lateral, pero después éstas, enlazándolas, formaron naves laterales e igualmente se planteó una a modo de girola y un deambulatorio a los pies que fue llamado claustra baja y que en la restauración se desarrolla en torno a la gran torre octogonal, exenta. Toda la estructuración de bóvedas emplea un sistema de cubrición gótico muy sencillo, aun cuando algunas de las bóvedas manifiestan estilo más tardío y complejo.
La torre es muy esbelta, elegante y sobria, sin decoración en el paramento de los cuerpos bajos, reservándola para la parte alta, en que hay ajimeces apuntados; el grueso de la torre es del siglo XIV, pero su remate son dos cuerpos más, ya del siglo XVI. De las puertas la llamada Tramontana es de estilo gótico, al que se mezclan elementos mudéjares y renacentistas, como es el caso del gran rafe o alero de madera tallada. La puerta llamada de los Ajusticiados, hecha de ladrillo, sufrió una desafortunada reforma, al sustituir su estructura adintelada bajo los arcos apuntados, por un arco de medio punto. También es desafortunada la reforma de la que-aunque lateral-se consideraba siempre entrada principal, que da a la calle de San Pablo, de la que se suprimió toda la decoración en piedra, para sustituirla por una vulgar fachada de ladrillo.
El interior tiene un buen número de obras dignas de ser citadas, que van desde la escultura gótica de San Blas a dos Cristos del siglo XVI y del XVIII, retablos de pintura gótica (Santa Catalina) y renacentista (San Pedro y San Pablo). La antigua capilla del trasaltar, hoy de Nuestra Señora del Pilar, aparte de un retablito renacentista, ofrece una preciosa reja goticista, obra de Jaime Tejedor, del año 1527. Pero sin duda lo más importante es el gran retablo mayor, gótico de estructura y decoración, pero con figuras de decidido tono renacentista; fue labrado en madera, dorada y policromada, entre 1511 y 1525 por Damián Forment. El tesoro de la iglesia tiene piezas de platería importantes, en que destaca la custodia procesional de estilo renacimiento muy purista, así como el hermosísimo busto de San Blas, obra del platero Marcuello Buscar voz...zaragozano, y que cuenta entre lo más significativo de lo renacentista. Interesa asimismo la colección de tapices Buscar voz... sobre los Hechos de los Apóstoles, tejidos a partir de los cartones de Rafael.
-Iglesia de San Miguel de los Navarros: También en esa serie de iglesias de arranque mudéjar hay que incluir la de San Miguel de los Navarros, que aunque de origen anterior no cabe duda que fue reformada en el siglo XVI, sin pérdida de su mudejarismo; en las últimas restauraciones aparecieron ventanas y celosías anteriores a esas reformas del XVI. En el interior, aparte de algunas tablas del siglo XVI, conjuntos barrocos con tallas de los Ramírez Buscar voz... y algunas pinturas de Jusepe Martínez Buscar voz... y de Luzán Buscar voz..., lo fundamental es el retablo mayor, en madera dorada y policromada, ya de estilo decididamente renacentista, que fue contratada por Forment, pero que debió de realizar y más debe de ser obra de Moreto Buscar voz...; la estatua del Santo Arcángel es de belleza excepcional y nada relacionable con aquella que tantas veces se le ha comparado, obra de Joly Buscar voz..., en la catedral de Jaca Buscar voz....
-Otros monumentos: Hay algunos testimonios de arquitectura gótica en Zaragoza, aun cuando sean más bien tardíos. Este es el caso del estupendo refectorio del viejo convento de Santo Domingo, que durante mucho tiempo fue utilizado como archivo de la ciudad. También el torreón de la Casa Fortea, en la plaza de San Felipe. El arco y casa del Deán es un conjunto adosado a la catedral y cuya restauración cambió un tanto su tono anterior, aun cuando permitió descubrir la decoración gótico-mudéjar en el balcón sobre el arco.
Monumento característico de la ciudad es el puente Buscar voz... de Piedra, tan habitual en el paisaje urbano de la zona del Pilar y la Lonja. Evidentemente su estructura fue pasando desde los tiempos antiguos hasta los más recientes por sucesivas reelaboraciones. La fecha que hay en una inscripción hace referencia a 1437, que debe de referirse a una reparación, pues dos años antes se había hundido un arco; también se reparó más tarde, en 1659, y aun esa no fue la última, según nos lo demuestra la pintura de Mazo Buscar voz... y de Velázquez así como la de Jusepe Martínez conservada en San Cayetano. El puente fue nuevamente reconstruido en los años noventa, con la recuperación de los leones que flanquean el acceso, en esta ocasión, obra del escultor F. Rallo Buscar voz.... En todo caso parece estamos ante un puente gótico parecido a otros de la Corona de Aragón.
-Iglesia de Santa Engracia Buscar voz...: El renacimiento floreció intensamente en Zaragoza, completando y transformando edificios religiosos y haciendo de nueva planta muchos singulares palacios bien característicos de nuestra arquitectura zaragozana. Reseñar todo y comentarlo sería tarea larga. Lástima que el que debió de ser la pieza capital, el convento de Santa Engracia, fue casi completamente destruido en la guerra de la Independencia Buscar voz..., que arrasó allí obras de los mejores escultores aragoneses y de algunos de fuera, como Alonso Berruguete Buscar voz.... Con deterioros se salvó la portada, labrada en alabastro, hecha en 1515 por los Morlanes Buscar voz..., que está enriquecida con buen número de esculturas y una finísima ornamentación; la parte mejor conservada es la de arriba, con los Reyes Católicos orantes, una Virgen María y un Calvario, todo ello de la época original, pues las esculturas de la parte baja son restauraciones de época moderna.
-Arquitectura civil renacentista: Es en lo civil donde vamos a encontrar lo más notable en cuanto al estilo de la época. En primer lugar la Lonja Buscar voz..., monumento cumbre, construida por orden de don Hernando de Aragón Buscar voz..., mediante concurso en que fue escogida la traza de Juan de Sariñena Buscar voz... y en cuanto al interior estamos ante la obra de Gil de Morlanes, hijo. Aunque iniciada en 1541, la construcción debió de durar por lo menos hasta 1554, fecha que figura en el gran arco decorativo del fondo del salón. Se construyó en ladrillo, con leve intervención de piedra y muy abundante del estuco. El exterior es casi cúbico, con su maciza sencillez e indudable elegancia, que ofrece contactos de masa y disposición con los palacios florentinos del siglo XV, buscándose una acertada distribución de huecos y macizos, acentuando con los resaltes del ladrillo los fuertes contrastes de luz y de sombra, para rematarlo todo en un espléndido alero de madera bien característico. El interior en su gran sala baja está formado por un espacio dispuesto en tres naves, de cinco tramos cada una, con cubierta de bóvedas estrelladas adornadas con florones de madera dorada al modo aragonés; la techumbre apoya sobre sendas columnas del tipo anillado, con capitel jónico.
El más famoso de los palacios Buscar voz... zaragozanos de la época fue la casa de Zaporta Buscar voz... -llamada habitualmente de la Infanta-, que fue demolida, pero de la cual se reconstruyó el bellísimo patio y la portada, en el edificio central de IberCaja Buscar voz..., después de traer desde Francia todas sus partes, que cuando la demolición fueron vendidas. Muy bella es la casa de Pardo, ahora también restaurada y en la que tiene su sede el Museo "Camón Aznar", y en cuyo patio hay algunos de los medallones escultóricos más bellos del renacimiento aragonés. Muy alterada está la llamada casa de los Morlanes que, de todas formas, conserva la interesantísima decoración escultórica de entorno a sus ventanas, ahora balcones; aparece la fecha 1542. Hoy es sede de la Filmoteca de Zaragoza Buscar voz....
Contemporáneo de los edificios anteriores es el palacio de la Maestranza, muy completo, con amplia fachada, muy severa, de gran balconaje y rico alero tallado, muy saliente; el patio central es de tardío renacimiento, realizado por Juan de Landernain y a él abre la monumental escalera cubierta con cúpula de madera, con lacería sobre galería con columnas abalaustradas, todo también en madera, obra relacionable sin duda con el conjunto de techumbres artesonadas de los salones de la planta principal, obra del taller de los Fanegas, con un peculiar estilo, que mezcla los elementos clasicistas con esquemas de trazado morisco. El edificio se construyó por Miguel Donlope, de 1537 a 1547.
El palacio de Luna, o casa del conde de Morata, es ahora la Audiencia Territorial de Zaragoza y, posiblemente, el palacio familiar más hermoso de todo Aragón y la más preciada obra del purismo renacentista, sin rastros ostensibles de goticismo ni mudejarismo. La fachada tiene en su parte baja piedras de la antigua muralla y el resto se erige en ladrillo, con una disposición muy bien calculada en los vacíos y los vanos y encuadrada con torreones laterales. El gran patio central, cuadrado y porticado, con estructuras adinteladas sobre columnas anilladas. El conjunto muy severo destaca sobre todo por la perfección de sus proporciones y es bien curiosa su portada flanqueada por gigantones.
A fecha más avanzada corresponde el palacio de Argillo, sencillo, pero en cuya parte alta vuela el más suntuoso alero tallado de todo Aragón. El edificio es sede del Justicia de Aragón. Mucho más sencillo es el palacio de los condes de Sástago, en el Coso, que ha sufrido sucesivas reformas, que han permitido la recuperación de su primitiva fachada de ladrillo.
-Iglesia de San Carlos Borromeo: Naturalmente hablar de barroco en Zaragoza lleva implícita la idea y el recuerdo del templo del Pilar Buscar voz..., pero de él se ocupa la GEA 2000 en otro artículo. Su rival en importancia es la iglesia de San Carlos Borromeo, que fue iglesia de jesuitas, edificada en el solar de una antigua sinagoga y consagrada en 1585, en tardo renacimiento de una sola nave con capillas. De esa primera iglesia subsiste todo en lo constructivo, menos en lo decorativo, recubierto o transformado por la posterior decoración barroca. Esa transformación en barroco del edificio se inició en 1692 en la capilla de San José, patronato de los duques de Villahermosa, que consiguieron un conjunto de buen gusto y riqueza e, incluso, primor. Esa capilla influyó en la transformación total que de la iglesia hizo el religioso Pablo Diego de Lacarre Buscar voz... que, ayudado por un grupo de colaboradores, a partir de 1723, redecora la iglesia, dejando casi borrado el renacimiento bajo una frondosa ornamentación que da a la iglesia su carácter actual y la transforma en uno de los monumentos más interesantes y homogéneos del barroco español. Además de la iglesia tiene interés el conjunto del convento, con sus salones y capillas y, sobre todo, su escalera de originalísima composición.
-Iglesia de la Mantería: La iglesia de la Mantería es un pequeño edificio de estilo barroco, realizado en ladrillo, con fachada graciosamente resuelta y original por el empleo del material. El interior fue suntuosamente decorado al fresco por Claudio Coello Buscar voz..., que hizo una decoración extraordinariamente barroca, de tipo ilusionista, muy rica de temas y elementos decorativos.
-Otras iglesias barrocas: Sería tarea ardua reflejar las iglesias barrocas zaragozanas. Muchas de ellas son reformas de las que ya existían anteriormente, como por ejemplo la Magdalena. Pero algunas son conjunto barroco de planta e interesantes, así la de San Felipe y Santiago, que se resuelve con modismos muy representativos de nuestro barroco aragonés y en que intervienen decoradores y escultores significativos de la época. Muy interesante en otro aspecto es la iglesia de Santa Isabel (San Cayetano), mucho más ligada a la influencia italianizante en cuanto a su sentido de la distribución de masas y elementos en el exterior y a la distribución del espacio en el interior; comenzada en 1682 se concluyó en 1706, interviniendo varios maestros que por sus apellidos parecen muy zaragozanos, como es el caso de Sanclemente, Cebollero, etc. La iglesia de Nuestra Señora del Portillo, concluida en 1731 y reconstruida en parte después de la guerra de la Independencia, ofrece para nosotros testimonio singular de cómo podía ser la iglesia del Pilar, si no la hubiese transformado Ventura Rodríguez y se hubiese conservado la originaria disposición barroca. Sin duda lo más característico, en el sentido local y regional, entre las iglesias zaragozanas, son aquellas que unen al empleo de estructuras de carácter barroco, al modo jesuítico, ornamentaciones talladas en yeso y que recubren esplendorosamente no sólo las bóvedas, sino los intradoses de los arcos y parte de los paramentos. La más monumental de estas iglesias es la de San Ildefonso y la más delicada y conjuntada la de las Fecetas. Ambas son ejemplos de esa fogosa decoración, bien característica. No cabe duda que ambas iglesias y otras que han desaparecido fueron obra de un mismo taller.
-Arquitectura civil barroca: En lo civil quizá lo más representativo del período barroco sea la gran fachada (única parte conservada) del palacio de los duques de Villahermosa, cuya última restauración ha finalizado en 2011.
-Neoclasicismo: En el período que empezaba a plantear y luego a desarrollar el neoclasicismo se realizaron obras tan interesantes como la iglesia de Santa Cruz, obra de Julián Yarza Buscar voz... y Agustín Sanz Buscar voz..., basándose en modelos italianos y siendo a su vez modelo de otros edificios que se construirían en Aragón. Pero la pieza más exquisita es la iglesia de Torrero, de San Fernando, obra de Tiburcio del Caso Buscar voz... y que además de la habilidad de su planta y alzado, tan italiano y armonioso, muestra en su frente un pórtico con columnas de un empaque y estilo absolutamente inusitado en Zaragoza.
Muchos otros edificios hubo en Zaragoza, buena parte de ellos destruidos Buscar voz... en distintos momentos y de algunos quedan fragmentos, como la fachada del convento de San Agustín. Pero esa ciudad vieja fue dando paso en el siglo XX a construcciones monumentales más recientes, como las que edificaron Navarro Buscar voz... y Magdalena Buscar voz..., casas de vecindad admirables (como la de Sagasta, 11), o edificios oficiales, como el viejo Matadero, el Museo, la Facultad de Medicina, etc. De fechas más recientes datan edificios como el Hotel Boston, el Auditorio, la Torre de Comunicaciones, etc. y ya en el siglo XXI, los últimos edificios, sobre todo se deben a la transformación producida a raíz de la Expo de





No hay comentarios:

Publicar un comentario